Dormir poco despierta el deseo de ingerir "comida basura".

Hasta ahora se pensaba que los zombies odiaban la comida rápida pero...

Neurocientíficos de la Universidad de California en Berkeley (EE UU) han demostrado que pasar una noche en vela hace que se nos antoje comer platos calificados como "comida basura".

El hallazgo aporta una nueva explicación a la relación entre el sueño y la obesidad. Si no dormimos, las estructuras cerebrales que controlan la motivación y el deseo se hiperactivan. Si a esto se suma que las neuronas encargadas de valorar las opciones y tomar decisiones "adecuadas" no funcionan bien cuando nos falta el descanso, la consecuencia es que quienes no duermen bien son incapaces de tomar decisiones adecuadas sobre su alimentación, ingieren alimentos excesivamente calóricos y están más predispuestos a la obesidad.